DOCE UVAS


Sale en todas las películas, no es cosa mía. Saltar al balcón de la dama que te ama está a la orden del día.

Y si no, dile a tus padres que me dejen entrar por la puerta grande. Vivimos tiempos demasiados fríos como para no temblar ante algo tan caliente, y amar es el modo en que arden los valientes.

No es culpa mía si desde anoche no necesitas carmín en los labios. A frutas rojas destila tu pulpa y tu rosa como en los prados.

¿Qué tengo yo que ver con ésto?, si cuando despiertas te olvidas de cubrirte la piel y bajas al desayuno familiar con mi regalo puesto. Despeinada, breve y transparente. Más animal que humana, ondulándote más que moviéndote, sonriente y silente. Estás hirviente. No hueles a hija, hueles a mujer, eso no es fácil de entender.

¿Sabes que me gustó el contraste de esas doce uvas sobre el tatuaje que dibujaste sobre mi piel?, mientras desnudos veíamos a “la igartiburu” y bajo los efectos de la vid, las deslizabas sobre mi espalda jugando al conecta tres.

¿Y si te dijera que desde ayer no paro de buscar una composición que describa el extraño movimiento de la sensación al sentimiento?.

¿O quizás podrías decirme tú, cómo se inventan en el primer día de un año cualquiera, estas ganas de desear vivir tu boca y tus maneras junto a las mías?






Imagen: Marco Grassi



Comentarios

Rul. T ha dicho que…
Wow!! Qué manera de cerrar un año!! :S

Un beso!
desdelpulgaryelindice ha dicho que…
Bueno, tu sabes bien que a los que nos gusta escribir tenemos un gran problema a la hora de distinguir vivencias ocurridas o imaginadas. Así que no sabría decirte...jjjjjj