CARIÑO, ME GUSTA OTRA



 Talk Show Host- Radiohead

El cabello mojado se ondula sobre el contorno de sus pómulos. Conforma el ángulo de su rostro bajo la forma de un jarrón de arcilla clara gestándose en un torno.

De la tez blanca emergen sus labios como un bulbo rosáceo que surge de la humedad entreabierta de su boca. Te imagino introduciendo tus dedos en ella, paseando el pulgar por su contorno abultado, estirando hacia fuera su labio inferior, mojándolo; Abriendo tu boca sobre su aliento jadeante, sin rozarla, solo respirando su gemido.

Sus manos huelen a sexo, son almohadilladas, finas y frágiles. Las uñas, ligeramente mordidas, son suaves, finas y pálidas. Bajo ellas se oscurece el rastro de sudor arañado de una piel, de algún fluido, con olor a ella o quizás a ti.

Arquea la espalda sobre la hamaca, buscando la relajación de la espalda de la que emerge el fino cuello como un tallo tierno, en el que se ahueca la humedad del rizo. Las gotas de agua se han concentrado en sus ingles y resbalan lentamente sobre los flecos color arena del pareo sobre el que está recostada.

Desliza una de sus manos bajo los glúteos, y se derraman sobre ella. Su brazo se estira y muestra su curvatura estilizada y bien formada del que nace el suave vello hormonado y afeitado de la axila. De ella emergen pequeñas perlas de sudor que imagino deslizadas bajo tu lengua.

Acabo mirando la blancura y el bermellón de las uñas de los pies que se encogen a la par que sus ojos, clavándose las densas pestañas. Sé perfectamente que está replicando en su interior las veces que estuviste dentro de ella.

Y ya no puedo más, ni un segundo más, esta enfermedad que se me hunde entre las piernas, que hace bailar mis senos bajo mis manos, rozando la dureza que resume la excitación que me provoca el verla. Porque no eres tú el que la desea. Tú ni siquiera has reparado en su presencia. Soy yo, la que no puede soportar la idea de que alguien pueda tocarla. Soy yo, y esta absoluta necesidad de que nadie pueda llegar a ver lo que yo veo cuando la miro.

Porque soy yo la que tiene que decirte- Cariño, me gusta otra.




Imagen: Costa Dvorezky 



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