Suena su boca a brindis en la ronda
Busca mi ensueño un príncipe en su sombra
Observo el nuevo rostro y me pregunto si acabaré
aprendiéndolo de memoria.
Me balanceo en una góndola.
¿Y si fuera él quien dormirá mis ganas de seguir soñándole?
¿Y si fuera él quien mis arrugas surcará volando?
¿Y si el que fuera ya no está fuera, sino dentro de este
canto?
¿Y si no fuera? ¡podría seguir inventándolo!.
Pero como el día cansado llega a los brazos del ocaso, mi
alma quiere vestirse de abrazo.
¡Mira el cielo cómo se adorna de bandadas de pájaros!
Sin añorar, ni un solo día, su impoluto tapiz azul y blanco.
Imagen : Víctor Otero Carbonell
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