TONOS DE IRIS


Mojarme la cara cuando en realidad lo que tengo es sed.

Desde la boca se me derrama todo el amor con el que me alimentaste como a un lactante que aún no puede ver con nitidez. Se me clava en la garganta y lo escupo sin saber si es néctar o hiel. Mis labios guillotinan tus besos, no los pueden reconocer.

Otra vez estoy delante del túnel ante el cual todos escarban y se entierran para evitar pasar, donde crujen todas las almas desdobladas tambaleándose desde el techo como murciélagos dormidos. Aquí solo hay escarcha y oscuridad. No quería volver, había olvidado el camino, y no sé si cada vez hace más frío o es el contraste de mi piel desnuda sin tu abrigo.

¿Es que no debería dejar nunca más que mis venas se tiñan de rojo?...luego acaban rompiéndose, salpicándolo todo. ¡Pero es tan brillante el cosquilleo de la sangre!, ¡es tan inmenso volver a embadurnarse de recién parido!.

Amar y dejar de amar es solo un vaivén de espigas plateadas en noches de luna.

Mis manos se alzan bailando justo delante de mis ojos, para entretenerme, para no dejarme ver cómo pasas delante, con el mismo fondo pero en otro plano, o soy yo la que se ha desplazado, dentro de un cubo que se estrecha cada vez más. Como una hermosa canción que va llegando a su fin, hasta desaparecer poco a poco, hasta que dejemos de vernos y de recordar que una vez nos vimos.

Para despertarnos un día abriendo los ojos con otro color de iris.

¿Quién sabe?, quizás en la próxima encontremos alguna combinación entre nuestras mutaciones de tonos. 


Imagen: Rafa Salvatierra


Comentarios

Unknown ha dicho que…
Que bonito!! Eres increible
desdelpulgaryelindice ha dicho que…
Gracias, hablando de iris, increíble es el fondo del tuyo.